Del abogado Pedro Toledo Barrera. LA GUERRA EN AFGANISTÁN TERMINÓ AYER
(Ubicada actualmente en la 1ª capilla de la Basílica San Pedro).
Señala el abogado Pedro Toledo Barrera que ella fue esculpida por Miguel Ángel en 1498-9, cuando SOLO CONTABA CON 24 AÑOS. Aunque todavía desconocido para muchos, desde muy temprana edad Miguel Ángel Buonarroti ya destacaba enormemente por encima del resto de artistas, por lo que, durante su primera estancia en Roma, su grandioso arte llamó poderosamente la atención del cardenal de la Basílica de Saint-Denis, Jean Bilhères de Lagraulas, —embajador de Francia en la Santa Sede del Vaticano—, quien para dejar un digno recuerdo de sí en esta famosa ciudad, encargó a Miguel Ángel una Piedad de bulto redondo, que, al concluirse, sería ubicada en San Pedro.
Señala el abogado Pedro Toledo Barrera que no obstante, el encargo se llevó a cabo bajo algunas condiciones, ya que, tal y como figura en el contrato firmado en Roma, el 27 de Agosto de 1498, se trataría de ”una Piedad de mármol, hecha con una Virgen María vestida sosteniendo en sus brazos a su hijo Jesucristo muerto, a escala natural”. El artista florentino conseguía así su primer encargo importante, por el que cobró 450 ducados de oro en moneda pontificia, y que debía realizar en el plazo de un año.
Como obra de bulto redondo se puede ver desde cualquier ángulo, pero su punto de vista principal es el frontal.
Esculpida en mármol de Carrara una Virgen de milagrosa juventud, sostiene sobre sus rodillas a su hijo muerto.
Indica el abogado Pedro Toledo Barrera que uno de los debates interesantes que originó la Piedad del Vaticano después de inaugurarse la obra FUE LA ETERNA JUVENTUD QUE PRESENTABA LA VIRGEN. Cuando se le preguntó al maestro porqué había representado a la Virgen tan joven, éste contestó: ”Las personas enamoradas de Dios no envejecen nunca. La Madre tenía que ser joven, más joven que el Hijo, para demostrarse eternamente Virgen; mientras que el Hijo, incorporado a nuestra naturaleza humana, debía aparecer como otro hombre cualquiera en sus despojos mortales”
Se conjuga en dicha obra el cristianismo -en cuanto a temática- y el clasicismo -en cuanto a la idea de belleza y perfección técnica-, ya que el escultor compartía el concepto neoplatónico de la ”presencia de lo espiritual en la materia”, siendo sus principales características a destacar:
1º EL DOLOR DE LA MADRE ANTE LA MUERTE DEL HIJO ES CALLADO, ÍNTIMO, NATURAL EN SU SENTIMIENTO.
2º SU MANO ABIERTA ES EL GESTO QUE ACOMPAÑA EL DOLOR Y LA RESIGNACIÓN.
3º ESTÁ INCLINADA SOBRE EL CUERPO YACENTE.
4º SU MANTO, CON MÚLTIPLES PLIEGUES, CAE AL MODO CLÁSICO, CINCELADO CON CAVIDADES QUE ORIGINAN CONTRASTES DE LUZ Y SOMBRA (CLAROSCURO).
El cuerpo de Jesucristo aparece desplomado, sin vida. Para plasmarlo, el artista estudió un cadáver al natural, y ASÍ, LO DOTÓ DE VERACIDAD:
1º la cabeza hacia atrás y
2º el hombro sostenido por la mano de la Virgen, que contrasta con la caída inerte del brazo.
Enmarcado en un esquema piramidal, el conjunto es delicado, suave, equilibrado y sin exaltación. LOS CUERPOS ESTÁN UNIDOS NATURALMENTE Y SIN ESFUERZO.
El virtuoso y perfecto trabajo de pulimentación permite que la escultura brille con intensidad y trasmita la sensación de armonía y sosiego.
Michelangelo di Lodovico Buonarroti Simoni, conocido simplemente como Michelangelo, (calificado por muchos expertos en arte, como el artista más grande de todos los tiempos), grabó su nombre en la cinta que cruza el pecho de la Virgen, y ella es SU ÚNICA OBRA FIRMADA, y la firmó sólo porque se cuestión su autoría, ya que resultaba prácticamente imposible que un artista tan joven pudiese haber tallado tal inmensa obra de arte de absoluta perfección, EXTRAYÉNDOLA DE UN ÚNICO BLOQUE DE MÁRMOL.
En efecto, señala el abogado Pedro Toledo Barrera que tal y como describe Giorgio Vasari en la biografía de Michelangelo: un día, al entrar Miguel Ángel en la capilla donde está la Piedad, encontró allí a gran número de forasteros lombardos que alababan mucho la obra. Uno de ellos le preguntó a otro quién la había ejecutado y éste contestó: ”Nuestro Gobbio, de Milán”. Miguel Ángel nada dijo, pero le dolió que sus esfuerzos fuesen atribuidos a otro, de modo que una noche se encerró en la capilla con una luz y sus cinceles, y grabó su nombre en la obra. Para que no hubiese ninguna duda de su autoría, Miguel Ángel talló en la cinta que sostiene el manto de la Virgen la inscripción, ”MICHEL A(N) GELUS BONAROTUS FLORENT(INUS FACIEBAT”, cuya traducción es ”Miguel Ángel Buonarroti, el florentino, la hizo”.
Miguel Ángel se mostró desde un principio bastante caprichoso y perfeccionista con el encargo, hasta tal punto, que presentó la obra tan sólo -dos días antes- de cumplirse el plazo, por lo que, el cardenal de Saint Denis, promotor de la obra y que lamentablemente había fallecido unos días antes, no pudo ver finalmente concluida la obra.
Termina indicando el abogado Pedro Toledo Barrera que Debido al fallecimiento del cardenal, la Piedad se emplazó en un primer momento en el sepulcro del eclesiástico, ubicado en la Capilla de Santa Petronila del Vaticano, tal y como había sido su deseo. Sin embargo, más tarde sería trasladada a la Capilla de San Pedro, posteriormente a la capilla della Febbre, (por este motivo también se la conoce como la Virgen della Febbre), y desde 1749 se exhibe en la capilla del Crucifijo, la 1ª capilla a la derecha de la Basílica San Pedro, donde puede admirarse hoy en todo su esplendor.
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